Estoy llevando un caso que ha generado, dado el horario de mi cliente, que las reuniones se ejecuten en diversos cafés de Santiago tipo 6-7 pm. Normalmente no me gusta mucho eso, porque necesariamente se hace un poco de vida social y te preguntan cosas...
No tengo ganas de decir que estoy recién separada y no decirlo igual implica explicar porqué no quiero hablar de eso, y tampoco tengo ganas de ello... Y no falta el pobre ave que te dice “pero cuéntame, te puedo ayudar”. Horror. Cómo si una no se diera cuenta que andan puro haciéndose los lindos... En cambio en la oficina no se dan esos temas. Pero en fin, las cosas con este cliente, un buen cliente, son así.
El otro día debíamos coordinar una nueva reunión y yo estaba a full, y me pregunta: "¿A la hora de siempre?", y digo: “Sabe X ¿puede ser más tarde, tipo 8:30 ?, estoy atareadísima y no voy a terminar antes de las 8” (yo sabía que en verdad me daba para las 9:30, pero a esa hora es desatinado hasta plantearlo). Y me dice: “Ok. Magdalena, entonces la invito a comer... ¿acepta, verdad?”. Plop.
¿Cómo decirle que no... si igual es hora de comida, y la reunión era imperiosa.?.. Pero el tipo quizá se va a pasar rollos conmigo y no, es cliente y además no me gusta nada... PERO NADA.... ¿Qué hago? mientras yo cavilaba en todo eso él dice: “¿Ya, la paso a buscar a su oficina a las 8:30 ?”. Yo no voy en auto a la ofi, sino caminando o en metro, y no atiné más que a aceptar.
La verdad, me lavé los diente y me peiné... Ni siquiera me retoqué el maquillajes para no parecer “arreglada para ti”. (Una vez un colega y amigo me dijo que no le gustaban mucho las minas producidas, salvo cuando era evidente que se habían arreglado para él. Que eso le encantaba. So, para no dar ninguna señal equívoca, salí exprofeso con facha de “vengo saliendo de la ofi”, por si).
Él venía de la pega, pero caché que igual se echó una manito de gato (perfume, peinadito). Me hice la lesa. Fuimos a Borderío y entramos al Zanzíbar... y entonces lo veo. Justo en frente a mí está él, Gabriel, hacía como 6 años que no lo veía.
Gabriel y yo estuvimos juntos 6 años, desde que salimos del colegio hasta que nos titulamos los dos –él de Ingeniería civil primero, y luego de Física y Filosofía, y yo de Derecho-, terminamos, y a los 2 años yo conocí a Nicolás (mi ex marido). Con Gabriel, obviamente, pensamos en casarnos muchas veces, muchas. Yo siempre le decía que no. Y luego él conoció a otra, conocida de amigos, pero no amiga mía, y me dejó. Se casó con ella un año y algo después de que terminamos. Y no al mucho andar supe que se había separado. Él y yo no terminamos bien, y no somos amigos. Lo vi en un funeral alguna vez y me lo topé en la calle en un par de ocasiones, de pasada... nada más. Pero ahí estábamos los 2, ya de treintaytantos... Me quedé petrificada al verlo.
“Maidi”, dijo, sonriendo y acercándose a mí. Se veía igual, guapo, guapo, guapo, con su sonrisa pep impecable, cero cana, cero guata, caluguitas como siempre, bien. "Hola, qué tal cómo te va y bien y tú, y tal y tanto tiempo... y entonces dice: “Acabo de ser padre”. Wow, pensé, esa sí que es noticia. Le miré las manos, no tenía argolla.... Supongo que no está casado con la mamá de su hijo (su ex mujer vive fuera de Chile, supe). Lo felicité, claro, y de verdad. Le iba a presentar a mi cliente, pero se conocían (Gabriel, si no era por la universidad, era por su familia toda de alcurnia, o por política, pero siempre conocía a todo el mundo... Y a todo mi mundo). Nos despedimos.
Mi cliente y yo nos fuimos a nuestra mesa, estuvo grato y fluido y resolvimos el tema en cuestión. Y lo relativo a Gabriel me lo guardé hasta que llegué a mi espacio 0. Y entonces, echada sólo mi colchón en el piso (ok, box pring king con plumón blanco de pluma ganzo, es que los otros modelos era macabros para la espalda) y pensé en lo que pudo haber sido pero no fue con él, ni con el Nico...
Pensé en el hijo que no tuve con Gabriel, y el que él sí tuvo él con otra... Pensé en si el Nico tendría hijos con otra (casi me morí de puro pensarlo). Pensé en todas las veces que pensamos en eso con el Nico. En cuándo los tendríamos, cuántos, y los nombres y todo eso....Y lloré mucho, pero no sé si por haber fracasado en esas relaciones, por no tener hijos y no saber si los tendré algún día, por no estar con alguien ahora, si por todo eso o por otra cosa... No sé, sólo sé que lloré mucho hasta que me dormí.
Imagen: La obtuve de este blog. (Según entendí, el autor del blog es también el autor de los dibujos)... Stá guena encuentro. La elegí porque se ve un él con cuernos de diablo -o sea, portándose como diablo poniéndole los cuernos a una ella. (Gabriel me dejó por otra...). Y le da un beso a ella con su máscara de soy gentelman todo el rato. Pero no es. Sabemos que no. Y ella, se ve media ingenúa, como yo. Pero, yo me visto mejor, please, por si.
1 comentario:
Nunca dejás de sorprenderme.
En todo caso, nunca he sido realmente infiel....
Un beso
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