Imagen: de este link |
Sábado morning, despierto temprano, hago mi café y me vuelvo a la cama a ver tele.
Premio de mí para mí los findes. Y el zapping de rigor se detiene con un capítulo reciente de The Big Bang Theory, que me parece perfecto para una mañana light, así que lo veo, claro.
Premio de mí para mí los findes. Y el zapping de rigor se detiene con un capítulo reciente de The Big Bang Theory, que me parece perfecto para una mañana light, así que lo veo, claro.
Ahí
están Penny, Bernadette y Amy en un Aquelarre con vino tinto.
En un minuto ven,
y se medio burlan, de una peli ultra mega mala que hizo Penny actuando de
gorila. Penny, pseudo apestada, busca en la web y descubre una participación muy ridícula
de Bernadette en una concurso de Miss… video en el que la rusia de anteojos, por supuesto, no quiere que las otras se detengan,
pero las chicas, obviamente, igual lo ven, y se ríen también de ella,
evidentemente.
Entonces,
Bernadette, para salir del foco de atención, dice que Amy escribe en un blog
sobre su relación con Sheldon…. Y ahí la
aludida dice “¡¡NO!!” y especifica que se trata de Amelia, una chica del siglo
XVIII y su encuentro con Cooper…un viajero del futuro… Penny busca el blog y…
Eureka!!!
Penny
lee el blog a las otras dos para seguir con la onda de reírse de las unas de las otras…
pero resulta que la historia las atrapa y entran en el ambiente romántico
del relato… (que dice una cosa como así:)
"Algo para Amelia era diferente ese día… no sabía muy bien qué, el caso es que en la pradera encontró a un hombre, de piel de porcelana, medio dormido y con ropas muy extrañas… El hombre despertó. Se llamaba Cooper. Era un viajero del futuro. Hablaba de computadoras y otros temas increíbles… En un momento él le dijo si quería preguntarle algo…. Ella… Ella, la verdad, quería saber si su corazón (el de él*), latía tan rápido como el de ella, pero no se atrevió a preguntar… temía demasiado a la respuesta”…
"Algo para Amelia era diferente ese día… no sabía muy bien qué, el caso es que en la pradera encontró a un hombre, de piel de porcelana, medio dormido y con ropas muy extrañas… El hombre despertó. Se llamaba Cooper. Era un viajero del futuro. Hablaba de computadoras y otros temas increíbles… En un momento él le dijo si quería preguntarle algo…. Ella… Ella, la verdad, quería saber si su corazón (el de él*), latía tan rápido como el de ella, pero no se atrevió a preguntar… temía demasiado a la respuesta”…
Y
ahí viene algo divertido… y la escena sigue ...
(Encontré la escena referida, subtitulada y todo, here -4 minutos-:)
Pero,
en ese momento, mi cabeza le puso pausa a la tele, que seguía hablando, porque
algo quedó ahí, en el aire, retumbando… Como la pluma de Forrest Gump. Que
vuela, despacio, liviana… pero se acerca… Se acerca… Tranquila, rítmica…Se
acerca… Hasta que te toca… Y entonces,
inevitablemente, algo pasa...
En mi caso, no fue un cosquilleo suave y blanco, sino algo puntudo, que clavaba... Fuerte, hondo, justo al centro del pecho …Y ese contacto fue para mi cuerpo como una orden del más alto mando, y miles de lágrimas ineluctables empezaron a bañar mi cara, sin piedad. (Desmaquillada aún sí, menos mal).
En mi caso, no fue un cosquilleo suave y blanco, sino algo puntudo, que clavaba... Fuerte, hondo, justo al centro del pecho …Y ese contacto fue para mi cuerpo como una orden del más alto mando, y miles de lágrimas ineluctables empezaron a bañar mi cara, sin piedad. (Desmaquillada aún sí, menos mal).
Y
una cosa llevó a la otra y recordé que hace poco fue San Valentín, y para
variar el mío fue Sin Valentín.
(Ya sé que es una cosa de marketing, que en rigor se conmemora una muerte, y que puede dar pie para película con fiesta "Anti San Valentín", con rito de "Rompe la Piñata" y todo... como esta catártica escena (0.45 sg.), cuando ella descubre que no estarán juntos ese día, no porque él deba realizar una cirugía médica urgente, sino porque tenía que irse a celebrar con su esposa*...).
Fuente de Imagen, aquí |
Para mí, estar desemparejada, again, para el día de los enamorados, no fue rico. Pero claro, como siempre, me hice la loca.
Este año me invité al cine. (Mal, estaba lleno de cupidos rosados y demás símbolos por todas partes), y bueno escondí el tema,
apelando a su desactivación. Lo logré. Y me relajé.
No
contaba con que, una vez desprevenida, y en medio de una serie cómica de la
tele, se me desataría la pena contenida, y encerrada bajo siete llaves, por, tontamente, querer más de la cuenta a alguien que no me elige. Y peor aún, que muy
probablemente tiene a otra mujer. (Pero, tal como hace Amelia, la consigna es evitar las preguntas, si aterran las repuestas*).
Y menos
imaginé que el asunto me sumergiría, como hizo, en un largo, largo llanto... Uno desbocado,
incontrolable. De esos que te no te dejan respirar, como cuando vas en un rápido
de río bravo. Obvio, la pena no es sólo, y quizá no principalmente, por soñar fantasiosamente, como
Amy, con conquistar el arcano corazón de mi “Sheldon”.
O sea, creo que en general, sobre todo rondando los 40, a varios de los que estamos solos nos invade el pánico, porque sientes que, en lo que al amor concierne, estás viviendo los descuentos... Y que las cartas ya están echadas, que nada va a cambiar y ese escalofrío de certeza te susurra que si ya no resolviste ese tema, como que ya no fue...
O que debes conformarte con lo que venga... O empiezas a encontrarle el lado lindo a lo que viene... Hasta que te supera... porque no te gusta lo suficiente!!!! Todo mal. Ahí te dices, para confortarte, que no es así, que nunca es tarde y cosas por el estilo, porque nadie quiere pensarse solo para lo que queda. Al menos nadie que yo conozca, partiendo por mí.
O sea, creo que en general, sobre todo rondando los 40, a varios de los que estamos solos nos invade el pánico, porque sientes que, en lo que al amor concierne, estás viviendo los descuentos... Y que las cartas ya están echadas, que nada va a cambiar y ese escalofrío de certeza te susurra que si ya no resolviste ese tema, como que ya no fue...
O que debes conformarte con lo que venga... O empiezas a encontrarle el lado lindo a lo que viene... Hasta que te supera... porque no te gusta lo suficiente!!!! Todo mal. Ahí te dices, para confortarte, que no es así, que nunca es tarde y cosas por el estilo, porque nadie quiere pensarse solo para lo que queda. Al menos nadie que yo conozca, partiendo por mí.
Y ese dolorcito de sentirme incapaz de tener, en serio, no un flirt, si no un
compañero para la vida, persiste... Es un malestar que yo manejo con cierta expertise durante el año, pero el 14 de febrero se me agudiza, mucho…
Lo sé, así que, como buena abogada que soy, tomo las precauciones del caso (imbuirme en algo que impida pensar). Pero después me olvido, vuelvo al modo automático, poniendo play a mi vida…Como si el tema +1 no me importara.... Hasta que, en el momento menos pensado, la pena se detona y se extiende cuán laaaaarga es, y, en mi caso, eso ocurrió nada menos que con una escena de comedia televisiva. Patético.
Lo sé, así que, como buena abogada que soy, tomo las precauciones del caso (imbuirme en algo que impida pensar). Pero después me olvido, vuelvo al modo automático, poniendo play a mi vida…Como si el tema +1 no me importara.... Hasta que, en el momento menos pensado, la pena se detona y se extiende cuán laaaaarga es, y, en mi caso, eso ocurrió nada menos que con una escena de comedia televisiva. Patético.
(Claro, esa, la solitaria, no es "la forma de mi corazón" y seguro tengo herramientas, tipo naipes de espadas y diamantes.... como en esta canción de Sting... pero, yo no sé cómo hacer un buen juego).
Sé
que hay mil maneras de enfrentar esta situación: asumirlo, buscar web sites
celestinos, bajar la vara (a mí, gracias a Dios -y claro a pilates,
spinning y las cremas naturalmente-, invitaciones de galanes aún no me faltan, aunque hay cada espécimen la verdad... da para post).
También podría irme al Tibet o a la India en onda “Comer, beber y amar”, -o al Valle del Elqui por último, que debe ser más barato- a encontrarme conmigo misma, etc. Lo he considerado, para ser sincera. Pero de puro pensar en la energía a invertir para cada uno de esos proyectos, me agoto, y opto por darme vuelta en la cama.
También podría irme al Tibet o a la India en onda “Comer, beber y amar”, -o al Valle del Elqui por último, que debe ser más barato- a encontrarme conmigo misma, etc. Lo he considerado, para ser sincera. Pero de puro pensar en la energía a invertir para cada uno de esos proyectos, me agoto, y opto por darme vuelta en la cama.
En
eso estaba, cuando recordé que hace poco fui a la Tienda Nacional, en Merced,
a comprar un CD de 31 Minutos, para llevarle de regalo a los niños de mi
amigui, radicada Europa, que está de visita por
vacaciones en Chile. Ahí vi un libro cuyo título me dio mucha risa
“Cuicoterapia”*.
Lo ojeé, leí lo de la cuica garabatera y lo encontré divertido, pero lo olvidé, hasta que en El Mercurio caché que estaba top en el ranking… Me dije "capaz que me sirva de terapia a mí", pero me daba una lata gigante levantarme, así que lo busqué en la tablet y llegué al blog de la autora... Me reí.
No resolví nada de lo importante, cierto, pero al menos la tristeza amainó. Por otra parte, seguro tampoco hubiera resuelto nada zampándome un cóctel de serotonina, o gastando lo innecesario en algún mall de Santiago, sobre todo un finde. (Ya, sé que somos pocas, pero habemos algunas a quienes eso de las compras, sea o no shopping therapy, nos produce más angustia que placer. Yo debo ser una pituca hipster o algo así. No conozco los perfiles, pero lo sabré cuando lea el libro, porque lo haré ;)).
Lo ojeé, leí lo de la cuica garabatera y lo encontré divertido, pero lo olvidé, hasta que en El Mercurio caché que estaba top en el ranking… Me dije "capaz que me sirva de terapia a mí", pero me daba una lata gigante levantarme, así que lo busqué en la tablet y llegué al blog de la autora... Me reí.
No resolví nada de lo importante, cierto, pero al menos la tristeza amainó. Por otra parte, seguro tampoco hubiera resuelto nada zampándome un cóctel de serotonina, o gastando lo innecesario en algún mall de Santiago, sobre todo un finde. (Ya, sé que somos pocas, pero habemos algunas a quienes eso de las compras, sea o no shopping therapy, nos produce más angustia que placer. Yo debo ser una pituca hipster o algo así. No conozco los perfiles, pero lo sabré cuando lea el libro, porque lo haré ;)).
Volviendo al tema (sí, tiendo a irme por la tangente en general, pero no aquí)... No
sé cuando estaré en condiciones de enfrentar, en serio, el miedo y la pena que me
da la soledad (de pareja) en el futuro…
Sé que es algo que debo hacer, porque es una posibilidad probable o una certeza. Es como pensar en qué harás cuando te enfermes, o cuando seas viejo o cuando te mueras, y sé, por experiencia profesional, que lo mejor que puedes hacer es organizar las cosas antes, con calma, sin problemas contingentes...
Es lo que hacemos los abogados, adelantarnos a las posibles alternativas y amarrar un plan conveniente para cada situación. Y la parte más difícil siempre es preparar la conversación para hacerles ver a los clientes que si bien lo que quieren como algo ideal es una opción, o no, además de "en el mejor de los casos", también hay que concebir un escenario de "en el peor de los casos", y lo más complicado es que acepten que eso es factible, y hay que establecer los pasos a seguir claramente, imaginando posibles -y probables- conflictos, y qué hacer en cada ocasión.
Soy buena armando contratos... pero mis problemas de la vida, para mí, son como ser peluquera, por muy buena que yo sea con otros, no puedo cortarme el pelo atrás tan bien como sí lo hago a los demás...
Y para más remate, últimamente, en las noches, o más bien en las madrugadas, despierto con angustia, ahogada... Sé que es parte porque lo quiero a "él" y "él" no está, y eso se vincula con que la idea de la soledad eterna me mata... Porque no acepto que quizá no hay solución, y no establezco una ruta al respecto...
Estoy atrapada entre una esperanza mínima y fantasiosa -encontrar, cuerentona al príncipe azul-, como si yo fuera la heroína de una novela y no una simple mortal a la que se le fue el tren, la necesidad imperiosa de hacerme cargo de que no se me da fácilmente el enamorarme, y cuando se me da, no siempre es correspondido, como ahora, que no me funciona lo de "mal acompañado es mejor que solo" y que buen así es la vida, por lo que la soltería eterna se vislumbra como lo más probable.
Sé todo eso, pero no me puedo hacer cargo aún. No sé cómo, si de hecho de puro pensarlo, me paralizo. Me abordan las lágrimas sin tregua, como una catarata aplastante, y entonces me digo que estoy llamando a la fatalidad, así que rápidamente cambio el foco. Y el asunto queda en pausa un rato, hasta la siguiente madrugada de ahogos y angustia, donde vuelvo a evitar el asunto, y así.
Pero hoy, cuando eso me pasó, en vez de asaltar el refrigerador o comer chocolates como mala de la cabeza, opté por la lectura light de ese blog (ergo logré inhibir algo el engordar como vaca), y así cambié por un momento ese dolor punzante en el corazón, enorme e incurable, por una buena dosis de risa, y a veces carcajadas con retortijones de guata, lo que aleja un poco la pena, te da endorfinas y buen humor, y, además, hasta te deja con la sensación de haber hecho ejercicio. O sea, negocio redondo, ¿o no?.
Sé que es algo que debo hacer, porque es una posibilidad probable o una certeza. Es como pensar en qué harás cuando te enfermes, o cuando seas viejo o cuando te mueras, y sé, por experiencia profesional, que lo mejor que puedes hacer es organizar las cosas antes, con calma, sin problemas contingentes...
Es lo que hacemos los abogados, adelantarnos a las posibles alternativas y amarrar un plan conveniente para cada situación. Y la parte más difícil siempre es preparar la conversación para hacerles ver a los clientes que si bien lo que quieren como algo ideal es una opción, o no, además de "en el mejor de los casos", también hay que concebir un escenario de "en el peor de los casos", y lo más complicado es que acepten que eso es factible, y hay que establecer los pasos a seguir claramente, imaginando posibles -y probables- conflictos, y qué hacer en cada ocasión.
Soy buena armando contratos... pero mis problemas de la vida, para mí, son como ser peluquera, por muy buena que yo sea con otros, no puedo cortarme el pelo atrás tan bien como sí lo hago a los demás...
Y para más remate, últimamente, en las noches, o más bien en las madrugadas, despierto con angustia, ahogada... Sé que es parte porque lo quiero a "él" y "él" no está, y eso se vincula con que la idea de la soledad eterna me mata... Porque no acepto que quizá no hay solución, y no establezco una ruta al respecto...
Estoy atrapada entre una esperanza mínima y fantasiosa -encontrar, cuerentona al príncipe azul-, como si yo fuera la heroína de una novela y no una simple mortal a la que se le fue el tren, la necesidad imperiosa de hacerme cargo de que no se me da fácilmente el enamorarme, y cuando se me da, no siempre es correspondido, como ahora, que no me funciona lo de "mal acompañado es mejor que solo" y que buen así es la vida, por lo que la soltería eterna se vislumbra como lo más probable.
Sé todo eso, pero no me puedo hacer cargo aún. No sé cómo, si de hecho de puro pensarlo, me paralizo. Me abordan las lágrimas sin tregua, como una catarata aplastante, y entonces me digo que estoy llamando a la fatalidad, así que rápidamente cambio el foco. Y el asunto queda en pausa un rato, hasta la siguiente madrugada de ahogos y angustia, donde vuelvo a evitar el asunto, y así.
Pero hoy, cuando eso me pasó, en vez de asaltar el refrigerador o comer chocolates como mala de la cabeza, opté por la lectura light de ese blog (ergo logré inhibir algo el engordar como vaca), y así cambié por un momento ese dolor punzante en el corazón, enorme e incurable, por una buena dosis de risa, y a veces carcajadas con retortijones de guata, lo que aleja un poco la pena, te da endorfinas y buen humor, y, además, hasta te deja con la sensación de haber hecho ejercicio. O sea, negocio redondo, ¿o no?.
*Guiño
a Benedetti por "Los formales y el frío".
*Esto de no preguntar de Amy me hizo recordar lo de "Todavía no pregunté te quedarás, temo mucho a la respuesta de un jamás", de Milanés . (Por si a ti también te bajó la nostalgia, escúchala aquí).
*Blog Cuicoterapia, el libro: http://www.cuicoterapia.cl/
*La escena del video es de la peli "Valentine's day" o "El día de los enamorados". La canción de la escena se llama kawa kawa, y en este video está entera. La peli, una comedia romántica, es del 2010 y me gustó. En el trailer se dice algo como: "La culpa de estar sola en este día, es mía. Mi relación más íntima es con mi black berry, gracias a Dios que vibra". Entre otras frases medio en serio medio en broma. Me gustó también, así que lo dejo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario